Sociedad Inclusiva: Por un desarrollo con inclusión social.
Es evidente que el modelo de desarrollo sólo soluciona parte de los problemas que aquejan a Chile y al planeta en general. El hecho que dos tercios de la población mundial viva en la pobreza, nos obliga a buscar nuevas fórmulas de Desarrollo que permita a mujeres y hombres vivir de una manera digna: con libertad acceso al trabajo, a la alimentación, la salud de calidad, la educación, la vivienda, la cultura y el esparcimiento en un medio ambiente sano y sustentable.
La participación del mercado, no sólo como asignador de recursos en el área privada, sino que también en la gestión social, ha traído como consecuencia que el Estado Central y la Democracia Representativa estén en crisis. La necesidad del Modelo hegemonizante de crear condiciones para los macro-indicadores sean estables, como condición sin que la fuerza a reorganizar las relaciones internas de la Sociedad de arriba hacia abajo determinando su estructura e impidiendo el surgimiento de representaciones desde la base.
Ante esto, surge la propuesta-compartida a nivel mundial-de que el Estado, los Partidos Políticos, la Sociedad Civil organizada y el sector privado vuelvan a centrar su acción en el ser humano, transformando la satisfacción de sus necesidades en el sentido de todos nuestros esfuerzos y devolver el mercado al lugar estratégico e insustituible que le corresponde en el crecimiento económico.
La pregunta es ¿cómo ubicar a la persona nuevamente en el centro de la acción socio-política? Y, de consenso, la respuesta es: a través de la Participación Ciudadana Incluyente;permanente, planificadora, vinculante y generadora de un control social sano que rearticule la relación del Estado y sus representantes.
Construir una Sociedad Inclusiva significa incluir a la gente en la toma de decisiones. Cuando en América Latina hablamos de un modelo de desarrollo con Inclusión Social nos nos referimos a sólo a incluir a los excluidos por motivos económicos, sociales o culturales, como se da en el caso de Europa, sino que incluir a la Comunidad en general en el diagnóstico, priorización, propuestas, implementación, evaluación y control social de las políticas y programas de intervención del Estado que busca mejorar los niveles de calidad de vida. Por lo mismo, hablamos de una nueva articulación entre el Estado, la Comunidad, las Instituciones políticas y el sector privado.
Las principales experiencias de Participación incluyente a nivel nacional e internacional se dan en las gestiones de gobiernos locales o Municipales, lo que nos lleva a sostener la tesis de que un Estado que decide hacer una Sociedad Inclusiva debe tener la voluntad política descentralizadora que se requiere para que ella comience a organizarse desde abajo hacia arriba. Es a nivel del poder local donde se organizan, se instalan y se fortalecen las estructuras y redes de Participación Ciudadana incluyente y vinculante.
Crear una Sociedad Inclusiva, como bien lo han dicho presidentes, no es algo que se haga en un corto plazo, es por eso que existen seminarios(conjunción de diferentes actores institucionales que en los últimos años han investigado y desarrollado experiencias de Participación Incluyente) los cuales por una parte, son una oportunidad para dar inicio a un debate profundo acerca de qué y como lograr crear una Sociedad Inclusiva y por otra, nos permite experiencias a nivel nacional e internacional.
La pregunta es ¿cómo ubicar a la persona nuevamente en el centro de la acción socio-política? Y, de consenso, la respuesta es: a través de la Participación Ciudadana Incluyente;permanente, planificadora, vinculante y generadora de un control social sano que rearticule la relación del Estado y sus representantes.
Construir una Sociedad Inclusiva significa incluir a la gente en la toma de decisiones. Cuando en América Latina hablamos de un modelo de desarrollo con Inclusión Social nos nos referimos a sólo a incluir a los excluidos por motivos económicos, sociales o culturales, como se da en el caso de Europa, sino que incluir a la Comunidad en general en el diagnóstico, priorización, propuestas, implementación, evaluación y control social de las políticas y programas de intervención del Estado que busca mejorar los niveles de calidad de vida. Por lo mismo, hablamos de una nueva articulación entre el Estado, la Comunidad, las Instituciones políticas y el sector privado.
Las principales experiencias de Participación incluyente a nivel nacional e internacional se dan en las gestiones de gobiernos locales o Municipales, lo que nos lleva a sostener la tesis de que un Estado que decide hacer una Sociedad Inclusiva debe tener la voluntad política descentralizadora que se requiere para que ella comience a organizarse desde abajo hacia arriba. Es a nivel del poder local donde se organizan, se instalan y se fortalecen las estructuras y redes de Participación Ciudadana incluyente y vinculante.
Crear una Sociedad Inclusiva, como bien lo han dicho presidentes, no es algo que se haga en un corto plazo, es por eso que existen seminarios(conjunción de diferentes actores institucionales que en los últimos años han investigado y desarrollado experiencias de Participación Incluyente) los cuales por una parte, son una oportunidad para dar inicio a un debate profundo acerca de qué y como lograr crear una Sociedad Inclusiva y por otra, nos permite experiencias a nivel nacional e internacional.